Juraala tü eejirawaakat – La Raíz de la Resistencia, es el primer largometraje hecho desde la mirada y pensamiento wayúu (comunidad indígena venezolana) cuya historia versa sobre la lucha por la tierra, el agua y la vida. Dirigido por el cineasta wayúu Jorge Montiel junto a la Organización Indígena Maikiralaasali.

Juraala tü eejirawaakat, en lengua Wayuunaiki es una frase que traduce al castellano: La Raíz de la Resistencia. Una historia representada a través de recursos ficcionales de la realización cinematográfica: escrita, dirigida y producida en colectivo por integrantes de varias comunidades indígenas pertenecientes a la Organización Indígena Wayuu Maikiralaasalii, ubicadas la zona norte de la Sierra de Perijá en el estado Zulia-Venezuela. Rodada principalmente en los escenarios naturales de la riveras del río Socuy, pensada y realizada en colectivo, donde cada integrante del equipo de producción significa pieza clave y necesaria para la realización de esta obra cinematográfica.

El film, es el resultado de una serie de talleres comunitarios para la realización audiovisual, impartidos por el Colectivo Enjambre en la comunidad de Kasuusain (Pie de Monte de la Sierra de Perijá), de los cuales han resultado otros trabajos como el cortometraje Tatuushi, (pieza extraída de la película JUURALA TÜ EEJIRAWAAKAT) que ha sido premiada en importantes festivales a nivel nacional, entre ellos: El Festival Latinoamericano y Caribeño de Margarita 2011, donde obtuvo Mejor Película Comunitaria sobre Derechos Humanos. Otro premio recibido es el de Mejor Cortometraje Estudiantil Nacional en el Festival de Cortometrajes de Barquisimeto 2011. En Enero del 2012 Ganó en el Festival del Cortometraje Nacional «Manuel Trujillo Durán» la Mención Especial a los DD.HH., el premio Opera Prima y el premio para la producción otorgado por La Villa del Cine.

En resumen, este esfuerzo colectivo es una herramienta de la comunicación para visualizar la lucha por el territorio, el agua, la vida y la dignidad; en primer lugar, en las comunidades de la Sierra de Perijá donde las empresas mineras trabajan para comprar la conciencia de los líderes que se niegan a perder su identidad ante un modelo de desarrollo depredador; y en segundo lugar, para compartir, con quienes piensan que un mundo mejor es posible, la experiencia educativa, productiva y cultural desde una práctica autogestionaria y sostenible que la Organización Indígena Wayuu Maikiraalasalii construye cotidianamente para consolidar el tejido social de los pueblos.