Orígenes del cine: documentar fenómenos. Historia del documental.

Las inventoras del cinematógrafo fueron personas de ciencia interesadas en documentar algún fenómeno o acción. Su ingenio les llevó a crear aparatos que permitieran llevar a cabo sus interesantes experimentos. Tenemos varios ejemplos: el francés Pierre Jules Jannsen elaboró en 1874 un revolver photographique para registrar el paso de Venus ante el sol; el inglés Eadweard Muybridge estudió los movimiento de animales (caballos) por medio de cámaras fotográficas llegando en 1880 a proyectar caballos al galope; el francés Etienne Jules Marey en 1887 ideó un fusil photographique para seguir el vuelo de los pájaros; Georges Demeny en 1892 comenzó a captar y proyectar movimientos de la boca que articulaban pequeñas frases para que las personas sordas aprendieran a leer los labios; y así un sinfin de personas.

Thomas Alva Edison (1847-1931)Pero el gran y definitivo impulso a estos revolucionarios experimentos lo dieron (entre otros/as menos conocidas) los célebres inventores Thomas Alva Edison (1847-1931) y Louis Lumière, que lo convirtieron en una realidad industrial y comercial. Edison creó en 1894 el kinetoscopio de mirilla. Un mamotreto que requería de varias personas para hacerlo funcionar y que no podía salir de un estudio montado en Nueva Jersey. Su trabajo fílmico, siempre grabado en estudio, derivó hacia el negocio del espectáculo (bailarinas, contorsionistas…) Louis Lumière

Lumière por contra, lanzó en 1895 el cinématrographe, una máquina que no dependía de la electricidad y con sólo cinco kilos (una centésima parte del kinetoscopio de Edison) que permitía tanto grabar como reproducir y hacer copias. Su caracteristica más relevante era la facilidad de manejo, que la hacía idónea para grabaciones en el exterior. El primer paso ya estaba dado, se había construido y mercantilizado un aparato que permitía la grabación y exhibición de imágenes en movimiento. Cortometrajes como La salida de la fábrica y La llegada de un tren a la estación sobre todo (de un minuto de duración, que era lo máximo que permitía la técnica de la época) tuvieron un exito abrumador.