«Raúl Sendic-Tupamaro», documental dirigido por Alejandro Figueroa, será estrenado en Montevideo y Buenos Aires el próximo 27 mayo. El documental cuneta la vida y obra de Sendic, que fue uno de los fundadores del Movimiento de Liberación Nacional (MLN-Tupamaros), una guerrilla urbana que tuvo su principal actividad entre finales de la década de los 60 y principios de la de los 70.


La película incluye entrevistas a otros de los fundadores del movimiento guerrillero, como José Mujica, actual ministro uruguayo de Ganadería, Agricultura y Pesca; Eleuterio Fernández Huidobro, actual senador, y el escritor Mauricio Rosencof, con quienes Sendic compartió la prisión.

Biografía.

Raúl Sendic nació en el departamento de Flores, Uruguay, en 1926, en el seno de una familia de trabajadores rurales. Luego de cursar los primeros estudios en su ciudad natal, se traslada a Montevideo, donde ingresa en la Facultad de Derecho de la Universidad de la República. Desde su adolescencia comienza a militar en las filas del Partido Socialista Uruguayo, en el que llega a ocupar puestos de dirección de su organización juvenil. En 1956 asiste como representante del Partido Socialista, al Congreso Internacional de Roma.

En 1957 comienza su labor sindical entre los asalariados rurales del norte del país, a quienes brinda además asesoría jurídica. Esta prolongada tarea de organización del movimiento obrero, cristalizará con la creación de varios importantes sindicatos: el de los obreros remolacheros (SUDOR), creado en 1957; el de los regadores y destajistas de la empresa «El Espinillar» (URDE), fundado el año siguiente en la ciudad de Salto; y el de los trabajadores azucareros (UTAA), en 1961. En la creación de dichos sindicatos, Raúl Sendic desempeñó un decisivo trabajo de concientización y organización.

En el año 1960 tiene la oportunidad de visitar Cuba, donde conoce las primeras y profundas transformaciones revolucionarias emprendidas por Fidel Castro y todo el pueblo cubano. Este contacto inicial tuvo, según él mismo los ha señalado, una influencia terminante en su formación política.

Los años de 1961 – 62 fueron de intensa militancia política y sindical.

Además de la organización del sindicato de UTAA, Sendic y otros compañeros preparan la primera marcha de los trabajadores azucareros del norte del país, quienes llegan a Montevideo reclamando la jornada de ocho horas de trabajo. También se entrega de lleno a la creación de las bases políticas y organizativas de lo que posteriormente sería el Movimiento de Liberación Nacional (Tupamaros). De este modo, la figura de Raúl Sendic unifica a importantes y combativos sectores obreros y enlaza dialécticamente sus luchas con la creación del movimiento de liberación nacional en el Uruguay, país ya sometido en ese entonces a la brutal penetración imperialista norteamericana.

En 1963 las autoridades uruguayas requieren su captura. Desde ese momento Raúl Sendic pasa a vivir clandestinamente, sin dejar de estar estrechamente vinculado a las luchas de los trabajadores azucareros. Desde la clandestinidad lleva a cabo la gigantesca tarea de crear, poner en marcha y dirigir, la lucha guerrillera, que estremeció la vida del país y que constituyó una rica fuente de experiencias para el movimiento revolucionario latinoamericano y mundial. Esta labor de dirigente entregado por entero a la causa de su pueblo, lo llevó a prisión por dos largos períodos: el primero de ellos, desde agosto de 1970 hasta setiembre del año siguiente, en que logra fugarse del penal donde se encontraba recluido, reincorporándose de inmediato a la lucha clandestina.

Por último, el 1º de Setiembre de 1972, luego de un prolongado combate con tropas del Ejército y la infantería de Marina, es detenido nuevamente, tras ser gravemente herido. Desde ese momento se encuentra prisionero en los campos de concentración de la dictadura militar, sufriendo continuos malos tratos y prolongados períodos de aislamiento en celdas de castigo. En estos diez años de prisión, la figura de Raúl Sendic ha crecido ante los ojos de su pueblo y ante los revolucionarios de todo el mundo. Sus cualidades como dirigente político, organizador y conductor, están reafirmadas por un compromiso vertical con la Revolución, que no ha conocido merma ni desmayos a lo largo de sus 56 años de vida.