«Los caminos de la memoria» es un documental de producción belga-hispana, dirigido por Jose Luis Peñafuerte que trata de sacar a la luz mediante testimonios, la represión franquista: 300.000 denunciados, 60.000 ejecutados, 400.000 encarcelados, tres millones de fichados y un número aproximado de 130.000 desaparecidos. Se ha estrenado ayer 23 de abril en Madrid y Barcelona. El próximo 28 el estreno sera en Donostia.

Sinopsis de Los caminos de la memoria

La dictadura de Franco, uno de los regímenes dictatoriales más largos y violentos de la historia del siglo XX, ha sido guardado bajo silencio por España desde la transición y la recuperación de la democracia.

Diciembre del 2007 : aprobación de la controvertida Ley de Memoria Histórica, por la que el gobierno español pretende finalmente levantar el velo sobre este período obscuro, y de esa manera hacer justicia a los cientos de miles de víctimas del franquismo.

Desde este punto de inicio, el cineasta José-Luis Peñafuerte (nieto de exiliados) nos lleva en un autentico viaje cinematográfico a través de las raíces de esa memoria europea ocultada, con el fin de abrir una ventana contra el olvido.

Sobre la película

¿Puede un país inventarse su historia cada día? Aunque algunas circunstancias recomienden la amnesia política, la realidad siempre termina demostrando que no. Por eso, más allá del telón de olvido impuesto por el franquismo y del tributo requerido en su momento por la joven democracia, Los caminos de la memoria pretende ponerse al día con nuestra historia reciente devolviendo la voz a quienes fueron condenados durante más de medio siglo a un silencio obligatorio.

Los caminos de la memoria transcurre por rutas desperdigadas, negadas o, simplemente, ignoradas : 300.000 denunciados, 60.000 ejecutados, 400.000 encarcelados, tres millones de fichados y un número aproximado de 130.000 desaparecidos es el balance de víctimas arrojado por el régimen de Franco, quien se encargó de que ninguna de estas estadísticas viera la luz durante los largos años de su dictadura. Sin embargo, por encima de las cifras quedan hoy los testimonios.

El primero, el de los muertos, congelados en su último gesto sobre fichas policiales amarilleadas por el tiempo. Los muertos, esperando a ser identificados gracias a detalles tales como un lápiz de carpintero, una cuchara en el bolsillo o la falta de un molar o una falange, hacinados en fosas comunes esparcidas sobre un mapa de España que se ha quedado obsoleto ante la dispersión de chinchetas que lo cubre.

Y después, los familiares. Conviviendo durante años con sus propios delatores, tragándose el miedo, acompañando a sus presos en su periplo por los penales de toda la nación y viéndose convertidos en carne de teorías como la del gen marxista, en virtud de la cual todavía hoy cerca de treinta mil personas en España no saben quiénes son sus padres, ya que fueron arrancados de sus brazos al nacer por considerarse que esta ideología política podía ser contagiosa.

Original de José Luis Peñafuerte y estructurada en tres grandes bloques documentales, Los caminos de la memoria es también la crónica de un largo viaje : el del exilio interior y exterior, del cual algunos volvieron “sólo por los árboles” y otros jamás lo lograron, aunque se hicieran presentes entre nosotros. Porque, como dijo alguno de ellos, “un exiliado ya nunca deja de serlo”.

Luego están los deportados republicanos españoles, que contribuyeron con su sangre a la construcción de los campos de concentración alemanes. Y los signos que cayeron, como la cárcel de Carabanchel, bastión ideológico de la resistencia antifascista. Y los que surgen, como el Centro de la Memoria salmantino, destinado a convertirse en estandarte de la esperanza futura de un mañana sin verdades incompletas ni memorias reescritas por el poder.