«Un día sin mexicanos» . Una tranquila mañana un suceso pone en peligro la estabilidad económica y política del estado de California en Estados Unidos. Según las investigaciones indican, las personas desaparecidas son unos 14 millones y todas tienen algo en común: son latinas y representan la tercera parte de la población. No hay campesinos, policías, albañiles ni nanas; no hay quien recoja la siembra, atienda los comercios, cuide la casa ni a los niños; el sueño americano se tambalea.
En el estreno de la película, se recaudaron 1.6 millónes de dólares, lo que la convierte en la segunda película más taquillera de la historia del cine mexicano, sólo superada por «El crimen del Padre Amaro» (2002).
Tras el estreno de esta cinta en México, a partir del 3 de septiembre se exhibirá en algunas ciudades de Estados Unidos, como Nueva York y Chicago, y para fines de año se exportará a Europa, primero en España.
Arau, el director del film, informó hoy de la presentación oficial de la banda sonora de la película, en la que intervienen grupos como la banda mexicana Molotov con su canción «Frijolero».
Este disco contiene 22 temas y será presentado en Estados Unidos en los próximos días, y posteriormente en Centro y Sudamérica, de acuerdo al ritmo de estrenos de la película en la región.
Para la grabación de este álbum se reunieron los integrantes de dos grupos mexicanos que se habían separado, como Botellita de Jerez, del que fue parte Sergio Arau, y Ritmo Peligroso.
SINOPSIS
¿Cómo hacer visible lo invisible? Quitándolo.
Una mañana California descubre que un tercio de sus habitantes ha desaparecido. Una extraña niebla rosa envuelve el estado y toda comunicación con el exterior han sido interrumpida. Conforme transcurre el día, descubrimos que la característica que une a los 14 millones de desaparecidos es su procedencia hispana.
California está conmocionada. Las implicaciones económicas, políticas y sociales de este desastre amenazan el propio modo de vida del «Estado Dorado». Pronto profundizamos en las trastocadas vidas de cuatro personajes: Mary Jo Quintana (Maureen Flannigan), maestra y ama de casa; el senador Abercrombie (John Getz) ascendido apresuradamente a gobernador; Louis McClaire (Muse Watson), dueño de un rancho y representante de los empresarios agrícolas; y Lila Rodríguez (Yareli Arizmendi), reportera y aparentemente la única latina que no ha desaparecido. Para todos ellos, la «desaparición», les obliga a afrontar las fisuras ya presentes en sus vidas privadas.
Los expertos se plantean interrogantes y ofrecen distintas teorías: ¿Podría tratarse de un secuestro de extraterrestres? ¿Terrorismo biológico? ¿Es el Apocalipsis y los latinos son los elegidos? ¿O puede que, simplemente, se hayan marchado porque estaban hartos de que no los valoren?
Conforme pasa el tiempo, el estado continúa deteriorándose: la basura se ha apoderado de las calles y la desesperación se extiende mientras los ciudadanos de la quinta potencia económica del mundo observan como la infraestructura de su estado comienza a derrumbarse. Y empiezan a comprender que lo que se ha perdido es precisamente aquello que mantiene el «Sueño Americano» en funcionamiento: cocineros, jardineros, policías, niñeras, doctores, granjeros, trabajadores de la construcción, artistas, atletas, además del sector de consumidores en mayor crecimiento. Los latinos y su regreso se convierten en la prioridad número uno del estado.
Por supuesto, sigue habiendo gente que no está de acuerdo. A Lila Rodríguez le lanzan una pelota de béisbol con inscripciones de odio e ignorancia. La desesperación se convierte en dolor silencioso pero los recuerdos sentidos y el aprecio sincero hacia los desaparecidos producen unos resultados inesperados.
Las confusiones, malos entendidos y situaciones cómicas abundan haciendo de UN DÍA SIN MEXICANOS una sátira cómica, una fábula contemporánea con un mensaje muy actual.