Ramón Sampedro, un luchador incansable a favor de una muerte digna. Esta película está basada en la vida y muerte del marinero gallego Ramón Sampedro que después de quedarse tetrapléjico a los veinte años llevó a cabo una lucha decidida a favor de la eutanasia, llegando incluso a grabar su muerte dejando además un testamento público como ejemplo de dignidad en la muerte. En una entrevista y de cara al estreno Amenabar no duda en decir entre otras cosas que «Mar adentro» es su largometraje «más spielberiano», porque combina «emoción, risa y llanto».

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Javier Bardem interpreta el personaje de Ramón Sampedro, acompañado de Belén Rueda y Lola Dueñas en los papeles protagonistas. El reparto se completa con la participación de Celso Bugallo, Mabel Rivera, Tamar Novas, Clara Segura, Francesc Garrido, Joan Dalmau y la colaboración de José María Pou.

La cinta cuenta la historia de Ramón (Bardem), que lleva casi treinta años postrado en una cama al cuidado de su familia. Su única ventana al mundo es la de su habitación, junto al mar por el que tanto viajó y donde sufrió el accidente que interrumpió su juventud. Desde entonces, su único deseo es terminar con su vida dignamente. La llegada de dos mujeres alterará su mundo: Julia (Rueda), la abogada que quiere apoyar su lucha, y Rosa (Dueñas), una vecina del pueblo que intentará convencerle de que vivir merece la pena.

«Bardem se sometió durante más de cinco horas diarias al intenso proceso de maquillaje, echándole mucha paciencia, como habría hecho Ramón Sampedro. Pero su imagen expresa, ante todo, y si miramos más adentro, la esencia de Ramón: un hombre sereno, valiente, alguien capaz de encarar la adversidad sin perder nunca la sonrisa. Como decía Ramón Sampedro: «Cuando no puedes escapar, aprendes a llorar riendo»», señala Amenábar sobre el trabajo de Bardem.

En esta ocasión, y al igual que en sus anteriores obras, el mismo Amenabar ha compuesto la música, que ha interpretado la London Session Orchestra y en la que ha contado con la colaboración del músico gallego Carlos Núñez.

ENTREVISTA
Amenábar explicó que a la hora de abordar esta historia, siempre se planteó la «perspectiva de tratar material humano muy sensible desde el drama, pero como una comedia, sobre todo porque Ramón tenía mucho sentido del humor».

«Ya había oído la historia de Sampedro y había visto lo que todos en televisión, pero me parecía interesante e insólito que alguien hablara tan bien y pareciera tan erudito en un ambiente rural», comentó.
Luego se sintió atraído por «la serenidad con la que pedía lo que pedía, que era morir». Más tarde, se compró el libro, porque le pareció «curioso que lo escribiera» y se encontró con que tenía «poemas muy buenos, todos sobre lo mismo, la muerte, que era lo que le obsesionaba; además de muchas cartas con descripciones del accidente y cómo le pasó la vida por delante, una vida que ni más ni menos eran los puertos que había recorrido durante 20 años».

«Todo me pareció muy cinematográfico», asegura, por eso investigó su ambiente y las relaciones que mantenía con la familia, amigos y todas esas mujeres que se enamoraron de él durante esos 30 años.

El siguiente paso fue el guión, para el que recupera a Mateo Gil, con el que había escrito «Tesis» y «Abre los ojos». «Mateo -comenta- ha aportado cosas como el «flashback» del accidente, la escena final y la historia de amor con Julia».

Después tuvo que decirle a José Luis Cuerda, su productor de siempre, que esta vez iba a tomar las riendas del proyecto. «Cuerda ha sido como mi segundo padre y el productor que cualquier director quería tener, porque por encima de todo había un director más y un amigo, pero habíamos llegado a un punto en que no nos debíamos nada y yo creía que podía ser un poco más dueño de mi destino», declaró.

Para el papel protagonista, Amenábar, que produce el filme junto a Fernando Bovaira, eligió a Javier Bardem porque «es el mejor actor que tiene este país. Tenía todo en su contra, el físico, la edad -Sampedro tenía 50 años- pero poco a poco fue tomándole el peso al personaje y dándose cuenta de lo importante que era que el espectador se olvidara de que estaba viendo a Bardem. Tiene mucha sensibilidad y era su talento frente a un físico y una edad que no tenía».

Cuando decidió que Belén Rueda iba a ser la protagonista, muchos dijeron que cometía un error, por su nula experiencia en el cine, pero el mantuvo y mantiene que «lo que valoraba de ella era su aguante, es alguien a quien le puedes pedir y pedir, como a Nicole Kidman («Los Otros»), y las dos son capaces de hacer 20 ó 30 tomas llorando. Luego siempre ha tenido verdad y, por muy trivial que fuera la escena, era capaz de pasar esa verdad a un registro más intenso. Todo fue poco a poco, pero con un gran resultado».

Todo han sido buenas críticas para el papel de Lola Dueñas. Amenábar asegura que desde el principio se dio «cuenta de que tiene ese tipo de energía desatada que necesitaba el personaje» y se quedó admirado cuando, «antes de que le diese el papel, fue capaz de irse a Galicia a conocer a uno de los personajes de la historia».

Con un presupuesto de 10 millones de euros, a Alejandro Amenábar le «gusta optimizar los recursos» y «llevar la lección aprendida, sin escatimar ensayos en la interpretación y con una planificación previa». «Lo cierto -dice- es que pensamos que iba a ser más barata, pero se hizo cara por las ventanas que ofrecemos al espectador para que salga de la habitación de Sampedro. Además, cuando quieres a los mejores, eso cuesta».
«Mar adentro» es, según su creador, «una película más, pero una de las buenas o muy buenas, así lo siento, sobre todo por la reacción de la gente que la ha visto».

La muerte vuelve a ser el tema recurrente en la filmografía de este español nacido en Santiago de Chile, porque «la muerte es algo que está ahí y un día u otro te vas a encontrar con ella y a mí me gusta ver como marca nuestras vidas».También está el mar, que «es la vida y la muerte, el viaje definitivo, porque como Sampedro dice, el mar me dio la vida y me la quitó».