El remake del clásico thriller político, The Manchurian Candidate (El mensajero del miedo), promete causar conmoción política en Estados Unidos, al igual que ha hecho el documental «Farenheit 9/11».
Cuando en 1962 se estrenó el thriller clásico The Manchurian Candidate (El mensajero del miedo), la historia de un complot en el corazón del Gobierno estadounidense consternó a la nación en plena guerra fría.
La película del realizador John Frankenheimer fue reconocida de inmediato como todo un clásico, pero fue tan perturbadora que su protagonista, el actor Frank Sinatra, se aseguró de que no se viera masivamente hasta veinte años después.
Veintidós años más tarde, un remake del clásico thriller político está a punto de volver a causar conmoción en Estados Unidos y su establishment político. Protagonizado por Denzel Washington y Meryl Streep, la película que hoy se estrena en EEUU, fue rediseñada para reflejar una amenaza más contemporánea: los siniestros esfuerzos de una influyente compañía multinacional para hacerse con el poder en el Gobierno estadounidense, inspirados en los polémicos casos de Enron y Halliburton.
Dirigida por Jonathan Demme, cuya habilidad para crear tensión quedó en evidencia con El silencio de los corderos, The Manchurian Candidate podría ponerse a la altura del documental Fahrenheit 9/11 de Michael Moore como una de las películas políticas más influyentes de los últimos años. De hecho, la revista Newsweek subraya que las dos películas se combinan para crear un clima de malestar político sin precedentes en EEUU.
«En la estela de Fahrenheit 9/11 esta renovación del clásico de 1962 se siente más escalofriante de lo que hubiera sido hace tan sólo dos meses», señala la prestigiosa publicación.