Concha Pinós, presentó hoy en Madrid «una campaña a favor de los cineastas perseguidos», publicando una lista de directoras y directores palestinos y no palestinos que han tratado el tema de Oriente Próximo y cuyas películas, un total de 38, no son aceptadas en los circuitos comerciales.

En el manifiesto difundido hoy en Madrid en la sede de la Comunidad Hispano-Palestina «Jerusalén», la organización del Festival de Cine y Derechos Humanos asevera que «muchos de los directores han sido perseguidos, vetados, apaleados, censurados y oprimidos por el simple hecho de filmar la verdad».

«Como miembros de la Red Internacional de Cine y Derechos Humanos, y como firmantes de la Cumbre de Praga, es nuestro deber seguir denunciando, respaldando y promoviendo el visionado, el diálogo y el debate de dichas obras, en cuanto que muestran violaciones de los Derechos Humanos.

Según Pinós, «tenemos que empezar a preguntarnos qué tipo de cine tenemos en este país, qué tipo de programaciones, y qué tenemos derecho a proyectar dignamente. No estamos haciendo nada que sea ilegal, nada más estamos haciendo uso de nuestra libertad de expresión y nuestro derecho a proyectar imágenes que hablan de violaciones de Derechos Humanos fundamentales».

Pinós denunció el lunes ante la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña que ha sufrido «amenazas y coacciones» por parte de sectores judíos ortodoxos, debido a que el Festival ha difundido contenidos críticos con Israel. Pinós declaró que recibió llamadas telefónicas amenazantes contra ella y contra su familia y subrayó que las advertencias se deben principalmente a que el festival –que se celebró entre el 23 y el 31 de octubre en Barcelona– dio voz al caso del científico Vanunu Mordechai, encarcelado 18 años por Israel por revelar secretos nucleares.

Por su parte, la presidenta de la Plataforma de Mujeres Artistas, Cristina del Valle, que colaboró en el primer Festival, denunció hoy que Concha Pinós estuvo cuatro días fuera de su casa escondida con sus cuatro hijos, con amenazas de muerte muy serias, con amenazas de quemarle su casa muy serias». «Creo que es fundamental que ella se vea reforzada, que la sociedad española no permita esta inmoralidad ni que esta gentuza tenga la más mínima impunidad en este país».

Para Pinós, «si proyectamos películas del Holocausto, de la Seguna Guerra Mundial, hablaremos del genocidio de Palestina, del de Ruanda y del que haga falta, porque son cosas que están sucediendo, simple y llanamente».

«No inventamos nada de estas películas, ni siquiera las hemos filmado, sólo damos el derecho a la voz y la palabra de que se emita. Lo que ellos consideran como una repulsa de nuestro trabajo es porque damos la voz a la cuestión palestina o a la cuestión de James Miller».

«Death in Gaza» es la obra póstuma de Miller, que fue asesinado en 2003 en circunstancias no aclaradas por soldados israelíes en un puesto de control. La cinta, premiada en el Festival de Berlín, se proyectará en la próxima edición del Festival de Cine y Derechos Humanos en octubre, que esta vez se celebrará también en Madrid y gerona.

Pinós recordó que lo que ha pasado en Barcelona «no es distinto de lo que ha pasado en otros países que han tratado el caso Vanunu o la cuestión palestina». El cine donde se proyectó «My Terrorist» en Londres durante el Festival sufrió una amenaza de bomba y, en Nueva York un hombre situado entre el público y «posteriormente identificado como un extremista judío» hizo ademán de hacer estallar una bomba, que resultó ser falsa.

PLATAFORMA MUJERES ARTISTAS

Del Valle sostuvo que «ahora que hemos salido de unos años de un Gobierno absolutamente de manipulación y de ocultación de la información, ahora pedimos un compromiso con denunciar las situaciones de acoso, de mostrar las realidades y de no permitir que la prepotencia de determinados individuos pertenecientes al Gobierno israelí sigan funcionando así». «Sólo si montamos redes que contarresten estas cosas podemos conseguir que se vayan frenando (…) El silencio es el único cómplice de este tipo de situaciones», añadió.

Además, consideró «fundamental» que haya «referentes de mujeres como Concha que se comprometen y se juegan la vida por denunciar y por contrainformar a través del arte. Este es es el inicio de un camino por la paz, la libertad y los derechos del pueblo palestino a esa resistencia y ese derecho a vivir libremente, a ser independientes y condenar a los Gobiernos genocidas, que son un ejemplo de barbarie y que no queremos nadie».

Por su parte, el presidente de la Asociación Hispano-Palestina «Jerusalén», Majed Dibsy, manifestó su solidaridad con Concha Pinós, que fue objeto de una «amenaza intolerable». Además, expresó «el más firme apoyo a su persona y al cine comprometido, su repulsa y condena de lo ocurrido», y subrayó que desde la Asociación estarán a su lado «no sólo en defensa de su derecho a la libertad de expresión, sino también en defensa de nuestro derecho a la libertad de expresión».

Por último, la actriz Natalia Dicenta, miembro de la Plataforma de Mujeres Artista, afirmó estar «perpleja», dado que a pesar del tema tratado no había en la sala «ningún representante de la Academia de Cine Española, ningún director, ningún productor, ningún actor».