Seis semanas después de su estreno en Estados Unidos, Farenheit 9/11 sigue alimentando la polémica. Cuando su carrera a los Oscar parecía amenazada por la emisión de la cinta en la televisión cubana, los distribuidores americanos -depués de unos dias de silencio, han afirmado que los pases televisivos no estaban autorizados, por lo que Moore podrá volver a competir por la estatuilla al mejor documental, que ya recogió en 2003 por Bowling for Columbine.


La revista Variety daba a conocer que la televisión cubana había emitido dos veces Fahrenheit 9/11, una de ellas con el presidente del Parlamento, Ricardo Alarcón, como presentador. Las reglas de la Academia de Hollywood impiden que un filme que quiera calificarse para aspirar al Oscar sea emitido por televisión o Internet durante los nueve meses posteriores a su estreno en los cines. Esta norma no tiene en cuenta las proyecciones no autorizadas, realizadas sin el consentimiento del productor, tal como ha ocurrido en la televisión cubana, según sus distribuidores.

En su página web oficial, Michael Moore, no hace ningún comentario al respecto de la emisiones en la isla caribeña.

Fahrenheit 9/11 está coproducida por el magnate Harvey Weinstein, de Miramax, quien ha encauzado la distribución americana y logrado que distribuidoras independientes de todo el mundo paguen cifras jamás imaginadas para un documental. Además, ha roto la barrera de los cien millones de dólares de recaudación en EE UU.