El documental de los canadienses Naomi Kleim y Avi Lewis «La toma», que retrata el movimiento de fábricas recuperadas y autogestionadas por sus trabajadores y trabajadoras en Argentina, se ha estrenado en Francia tras haber generado una enorme expectativa y una no menor polémica. Desde el Movimiento Nacional de Fábricas Recuperadas por los Trabajadores no están de acuerdo ni con el título «La toma», ni con la consigna «ocupar, resistir, producir», ni con el guión de la película (comunicado entero).
«La toma» genera una gran curiosidad, apuntalada por una campaña publicitaria de los productores, pero también de imnumerables ONGs, sindicatos y asociaciones que encuentran en el movimiento de empresas autogestionadas el nacimiento de una nueva forma de lucha contra la globalización.
«La toma» comenzó a filmarse en marzo de 2003: a un mes de las elecciones, una treintena de obreros de la fábrica de autopartes Forja, del partido bonaerense de San Martín, la ocupan. El documental muestra: la ocupación inicial, el constante miedo al desalojo policial, las audiencias con la jueza, el síndico y hasta la difícil tarea de buscar clientes y volver a producir.
El presidente de la cooperativa, Freddy Espinosa, es el personaje principal, aunque el documental también se centra en otra fábrica ocupoada, Zanón. Los tangos electrónicos de Gotan Projet y piezas clásicas musicalizan la película, pero también se escuchan extractos de recitales de Bersuit Vergarabat y Las Manos de Filippi.
Según sus directores: «El documental pone de manifiesto que es posible que este modelo se exporte a otros países, aunque el movimiento sigue siendo aún muy pequeño a escala mundial. Pero esta historia está hoy en sus comienzos». «Estoy convencido de que los consumidores tienen un rol principal que jugar en el desarrollo de soluciones alternativas económicas. Si la gente está dispuesta a comprar bienes producidos en condiciones democráticas, y por organizaciones que respetan a sus empleados, entonces las empresas deberán adaptarse ofreciendo nuevos modelos».
Según el Movimiento Nacional de Fábricas Recuperadas por los Trabajadores, La Toma es un film que se promociona como «un documental que narra la lucha de las fábricas recuperadas por sus trabajadores», pero en realidad es un claro testimonio del carácter ilegal que pueden llegar a tener algunos conflictos, lo que puede resultar muy peligroso para todo el conjunto de las fábricas recuperadas que no nos vemos representadas por dicho documental.
Ocupar o tomar un espacio configura el delito de usurpación, lo que inevitablemente ante la denuncia del dueño del lugar, obliga al juez o fiscal a librar una orden de desalojo contra los trabajadores. Lo único que evita el desalojo es la ley de expropiación, creada por este Movimiento de Fábricas Recuperadas.
Lamentamos que se quiera utilizar la recuperación de fábricas para una acción política internacionalista dentro de la lucha de clases antiglobalizadora con un claro matiz ideológico marxista y ,desde esta mirada de materialismo dialéctico, es visto todo este proceso.
Desde este Movimiento no estamos de acuerdo ni con el Título LA TOMA, ni con la consigna OCUPAR, RESISTIR Y PRODUCIR, ni con el guión de la película.
Sentimos que se nos faltó el respeto a todos los Argentinos y a los trabajadores de las fábricas recuperadas en particular porque han mezclado el proceso político y la devacle económica con nuestro esfuerzo.
El documental tiene graves errores de diagnóstico de la realidad social Argentina.
Entrando en las historias que se cuentan, el personaje ERNESTO «LALO» PARET fue expulsado de la fábrica Forja San Martín por los trabajadores reunidos en Asamblea debido a que este señor les quiso traer a los gerentes de la ex Zanello actualmente PAUNI S.A. para gerenciar la fábrica, les decían que los trabajadores se encarguen de trabajar que iban a cobrar un sueldito y ellos se ocuparían de la administración y la comercialización.
El MNFRT es el iniciador de este proceso que lleva ya cuatro años, existen otros que lo quieren tergiversar para saciar apetencias personales, otros, para saciar intereses políticos.
La única fábrica Bajo Control Obrero es Zanón de Neuquén y no es representativa de las más de 100 fábricas recuperadas a través de Cooperativas de Trabajo.
En Argentina hay cerca de 200 empresas autogestionadas que emplean a unas 15.000 personas.
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