Sumergidos es el título del segundo cortometraje documental que dirige Ruth Adsuar Sabater y centra su interés en los trabajadores y trabajadoras del sector del calzado en Elche. Acaban de estrenar su página web: www.sumergidos.net.


Elche es una ciudad de más de 200.000 habitantes sustentada económicamente en una industria que está siendo deslocalizada. En los dos últimos años, el paro ha aumentado un 52% y en 2004 la actividad industrial ha caído un 70%. «Sumergidos» centra su mirada en los trabajadores y trabajadoras, en sus condiciones de trabajo y en sus posibilidades de hacer frente a la situación. Muestra el fin de una industria y de una forma de producción, e intenta mostrar los problemas con los que conviven los trabajadores del sector, afrontando las paradojas del sistema, con discursos enfrentados y testimonios de primera mano. El cortometraje hace un recorrido por una industria basada en el clandestinaje y la economía sumergida.

Elche vive inmersa en un círculo vicioso, entre la economía globalizada y la economía sumergida; entre el consumo y el dinero negro; entre lo que aparenta y lo que es. Somos algo más que dos Patrimonios y algo menos que una ciudad turística. Somos una ciudad industrial venida a menos, con mano de obra que vive en el primer mundo y trabaja en condiciones laborales y salariales de principios de siglo, habiéndose conculcado sistemáticamente los derechos laborales de los trabajadores.

Cómo nace sumergidos

Si has nacido en Elche la industria del calzado es cotidiana: Se vive con, para y de ella. Pocos ilicitanos pueden afirmar que no tienen un familiar que trabaje o haya trabajado en esta industria. También aprendemos a vivir con las jornadas de diez horas (como mínimo), los sueldos pagados en negro y la economía sumergida, con la crisis, con las deslocalizaciones, con la ausencia de garantías y con la total inestabilidad laboral.

Dicen los sociólogos que somos una sociedad aculturada. Es decir: que hemos interiorizado como parte de nuestra cultura la ilegalidad y el clandestinaje. Evidentemente, para tener una visión mínimamente objetiva de esta situación, sobre todo si de vive desde dentro, hay que hacer un complicado ejercicio de abstracción.

Aprovecho ahora, haciendo un inciso, para dejar claro que el equipo de Sumergidos nunca ha pretendido ser objetivo. Siempre hemos tenido claro que nuestra intención era mostrar y denunciar una situación injusta, sin paños calientes y sin dar cabida a reflexiones conciliadoras. Sumergidos muestra una parte de la historia, la protagonizada por los trabajadores y, lejos de pretender erigirnos en sus representantes, sólo hemos pretendido darles una voz que, a menudo, en nuestra ciudad, les es negada.

Siguiendo con el proceso que nos llevó al cortometraje, debo añadir que se dan en mí, como responsable del proyecto, unas características particulares. Me ayudó mucho mi trayectoria personal y, sobre todo, la educación que me dieron mis padres (ateos y rojos). Siempre tuve conciencia de clase e interés por las causas perdidas.

Con esta base, lo demás vino rodado. Vivencias propias, las ajenas, los periódicos, la frustración que produce el saber que algo es injusto,…,. Todo me hizo decidir arrancar e intentar mostrar a todos que la precariedad laboral, la inestabilidad, la crisis,…, eran cosas de las que se podían hablar.

No podremos cambiar el mundo, pero por lo menos, que sepan que lo sabemos.