0000124_cine_politico_guerra_a_la_guerra_internacionales_en_palestinaAlberto Arce, co-director de los documentales «Nablus, la ciudad fantasma» e «Internacionales en Palestina» ha comprobado como, por segunda y definitva vez, el ejercito israelí le niega la entrada en la Palestina ocupada después de un cacheo exhaustivo y un interrogatorio surrealista.

Relato de Alberto Arce

Que se me prohíba, como individuo, la entrada en Palestina/Israel no tiene la más mínima relevancia porque otras personas harán lo que yo pensaba hacer allí y no es uno de los miles de ejemplos que se suceden a diario y demuestran la ilegitimidad de la ocupación israelí sobre Palestina, más preocupada en impedir la entrada de testigos incómodos en los territorios que ocupa desde 1967 que en buscar salidas a la guerra abierta que ha provocado y mantiene en dos frentes al mismo tiempo en estos momentos. Tanto la destrucción sistemática de Gaza que se remite, en sus comienzos, a 1948 como el salvaje bombardeo del Libano del que somos testigos desde hace varios dias, no son más que el reflejo de la solución violenta y militarista que el Estado sionista de Israel plantea como única salida posible al conflicto generado por la ocupación ilegal e ilegítima a la que somete a los territorios palestinos, las granjas de Sheba y los Altos del Golan.

En lo que va de verano ya se ha denegado la entrada en Palestina a decenas de activistas, trabajadores humanitarios, periodistas internacionales y palestinos que pretendían informar al mundo de la injusticia de las condiciones de vida de los palestinos bajo la ocupación o simplemente visitar a su familia por las vacaciones de verano. Esta aplicándose una política sistemática de cierre de fronteras, de esas mismas fronteras que enjaulan un territorio que no les corresponde y la comunidad internacional no reconoce como legitimamente adquirido. Israel no quiere testigos de sus crímenes y cree, ingenuamente, que el hecho de que yo, u otros como yo, no entremos ocultará o evitará que el mundo conozca la injusticia y la opresión en la que los palestinos viven desde hace décadas. Nada más lejos de la realidad.

El ilegal Muro de Apartheid que Israel construye en Cisjordania es visto a lo largo de todo el mundo como lo que es, una jaula para los habitantes de las poblaciones que encierra. El Ghetto que han creado en Qalquilia es el ejemplo mas similar al Ghetto de Varsovia con el que los nazis encerraron a los judios en los años 40 del siglo pasado que cualquier persona bien informada puede imaginarse. Triste paradoja la de que la víctima aprenda del verdugo sus peores métodos. Tratan de legitimar con argumentos referentes a la seguridad un muro que pretende únicamente robar la tierra de los palestinos y convertir el futuro estado palestino en un conjunto de bantustanes aislados entre si sin un futuro viable. La matriz de control que suponen los cientos de checkpoints que imposibilitan la libertad de movimientos de los habitantes de los territorios ocupados no es más que el complemento perfecto de este Muro de Apartheid, como si el hormigón y la valla electrificada no fueran suficientes.

Interrogatorio

Se trata siempre del mismo procedimiento: después de un cacheo a fondo en el que me han dejado en calzoncillos, una búsqueda paranoica de váyase a saber que elemento peligroso en mi mochila y un interrogatorio estúpido y surrealista, han decidido que no puedo volver a entrar nunca más en Israel y por tanto en la Palestina ocupada. Si bien me consta que tanto la Agencia Española de Cooperación Internacional como el Consulado de España en Jerusalen han hecho lo que estaba en su mano para tratar de que entrase en Palestina, las autoridades israelíes no entienden de derechos ni de compromisos internacionalmente adquiridos.

Denuncia y boicot

Quede por tanto esta denuncia de su comportamiento para poner un grano de arena en la acusación sistemática que la sociedad civil debe ejercer sobre nuestro gobierno mientras no cambie su política en lo relativo al Estado de Israel: boicot al Estado de Israel contra la ocupación de Palestina y la guerra contra el Líbano.

Mientras el auténtico «estado villano» de Oriente Medio continué embarcándose en sembrará la guerra regional, sera irrelevante que no me permitan la entrada en el pais. El mundo, gracias a muchos otros testigos, continuará sembrando la semilla del auténtico compromiso: la aplicación, como el propio bloque anticolonial israeli propone, de una política de Boicot, desinversiones y sanciones contra el estado de Israel, el único modo de posible de incidir desde el exterior sobre su comportamiento criminal.