«Contra el silencio todas las voces» fue el título del IV Encuentro Hispanoamericano de Video Documental Independiente que se realizó en la Ciudad de México del 15 al 18 de marzo. Se exhibieron 450 películas de 23 países, destacando por su número México (189), Argentina (49), España (38), Colombia (36) y Brasil (17). Aquí os presentamos una crónica sacada de la web de Dokumente escrita por José Woldenberg.

La exhibición se realizó en muy diferentes foros (Cinemanía, Sala José Revueltas de la UNAM, UAM Xochimilco, planteles de la UACM, Sala Fósforo y otros), y en paralelo se llevaron a cabo mesas redondas sobre «las industrias culturales», «las identidades» y «los grandes temas sociales» ligados al género documental. Se trató de un esfuerzo coordinado por Cristián Calónico y Margarita Suzán y que fue apoyado por muy diversas instituciones: La UAM, la UNAM, Conaculta, Imcine, Fonca, Filmoteca de la UNAM, Secretaría de Cultura del DF y otras.

Para efectos de evaluación y premiación se abrieron siete categorías (1. Movimientos sociales y organización ciudadana; 2. Derechos humanos; 3. Indígena; 4. Mujeres; 5. Infancia, juventud y tercera edad; 6. Fronteras, migraciones y exilios; 7. Medio ambiente y desarrollo sustentable) y el conjunto expresa realidades que no suelen aparecer en los grandes medios masivos de comunicación o en las salas comerciales de cine. Por ello su importancia y pertinencia.

La intención de los organizadores es precisamente esa: Ofrecer un espacio para la difusión de materiales que no encuentran vía franca para su distribución, ser una plataforma alternativa de lanzamiento a la de los circuitos comerciales, convertirse en una zona de encuentro para los múltiples esfuerzos que se realizan con la finalidad de documentar las «otras realidades».

Se trata de exhibir, publicitar, discutir, estimular, un género fantástico dentro de la producción cinematográfica: El documental.

Nadie puede ver en tan pocos días todo el material presentado, pero el que tuve la oportunidad de apreciar (18 películas en la categoría de «movimientos sociales y organización ciudadana»), no solamente tiene una muy buena factura, sino una capacidad expresiva sorprendente. Los temas responden a un abanico multicolor: Los «Sin Techo» o los «Sin Tierra» en Brasil, el temblor de 1985 en la Ciudad de México y su secuela; las cooperativas de trabajadores luego de la crisis que cimbró a Argentina, el conflicto en la zona Norte de Chiapas, junto con la guerrilla de Lucio Cabañas o la experiencia de una revista cultural de los sesenta: El Corno Emplumado.

Hago una breve reseña de los premiados en la categoría de «movimientos sociales…» (cuatro menciones honoríficas y un primer lugar) para ofrecer una idea más cercana al aliento del Encuentro. Primero las cuatro menciones:

1. «El Comité» de Mateo Herrera, de Ecuador

Es un largometraje de una hora 33 minutos sobre la vida de los reclusos en una prisión que se encuentra en el Centro de Quito. Mil 100 presidiarios viven en un espacio originalmente pensado para 300. Pero no sólo el hacinamiento marca su existencia. La corrupción, las drogas, la violencia son parte del ambiente «natural» de la cárcel. No obstante, los presos se organizan, deciden un paro, presentan un pliego de peticiones, toman como rehenes a hombres, mujeres y niños el día de visitas, y luego de 48 horas el movimiento acaba con una negociación. Un testimonio elocuente, duro, vivo.

2. «Trotsky en México» de Adolfo García Videla

Tres episodios que en conjunto suman una hora 30 minutos. A través de entrevistas y de materiales de archivo sorprendentes ofrece una recapitulación sobre las revoluciones rusa y mexicana, la vida de Trotsky y su contexto, pero sobre todo de su estancia en México, el contraproceso para poner en evidencia la truculencia y perversidad de los procesos de Moscú, el atentado fallido contra su vida y finalmente el asesinato ordenado por Stalin. Interesante, bien armado, pedagógico.

3. «Lula: Más allá de la esperanza» de Gonzalo Arijon

Un mediometraje de una hora 7 minutos. Ofrece una visión compleja, equilibrada, que oscila entre las grandes esperanzas suscitadas por el arribo de Lula al Gobierno y los condicionantes políticos y estructurales dentro de las que actúa. Se repasa la infancia de Lula en Pernambuco, su traslado a Sao Paulo, su paso por el Sindicato Metalúrgico, la fundación del PT. Pero sobre todo las tensiones a las que está sometido su gobierno y la complejidad para hacer avanzar sus programas. Un documental para mayores de edad que huyen del maniqueísmo.

4. «A Tornallon» de Enric Peris y videohackers de 48 minutos

En el puerto de Valencia, España, los agricultores de una «huerta» se enfrentan de manera desigual al proyecto de ampliar la zona de contenedores del puerto, que supone la expropiación de sus tierras. El litigio legal, los desalojos, la resistencia, hasta que sus casas son destruidas y ellos desalojados. Conmovedora: El progreso como destrucción.

Primer Premio: «Vale la pena soñar» de Stela Grisotti y Rudi Bohm de una hora 13 minutos

Sobre la vida y auténticos «milagros» de un combatiente brasileño en las Brigadas Internacionales en la guerra civil española que luego se integra a la resistencia anti-nazi en Francia, milita en el Partido Comunista de Brasil, rompe con él y critica su política, y es fundador del PT (su credencial es la número uno).
Una biografía que ilustra las causas de la izquierda a través de buena parte del siglo XX. La simpatía e inteligencia del protagonista (Apolonio), más las entrevistas e imágenes de archivo, lo hacen un testimonio emocionante e ilustrativo.

Se trata de productos culturales a contracorriente que iluminan zonas de la historia y la vida que no merecen permanecer en la penumbra.

José Woldenberg es Dr. en Ciencias Políticas por la UNAM.