Un grupo de artistas «intermitentes» ha puesto en peligro la celebración del Festival de Cannes a tan sólo cinco días de su comienzo. Estos trabajadores y trabajadoras, que exigen una reforma de su régimen laboral, han impedido durante varias horas que salieran de París los camiones con las cintas.
Las movilizaciones de estos temporeros del espectáculo por la anulación de la reforma de su seguro de paro ya propinaron el pasado verano un duro golpe a la cultura gala con la cancelación de los festivales de Aviñón y Aix-en-Provence.
El primer ministro francés, Jean-Pierre Raffarin, rechazó el pasado lunes su petición y les advirtió de que no tomen como «rehén» ningún festival.
Sus palabras han caído en saco roto. Los «intermitentes» (con contratos por obra) bloquearon la pasada noche durante varias horas la salida de los camiones hacia Cannes en la sede de la empresa de Garges-la-Gonesse, encargada del transporte. Pensaban que al llegar la madrugada del sábado no podrían emprender su marcha debido a una normativa que prohíbe su circulación el fin de semana.
Finalmente, una derogación especial de la ley permitió la salida de los filmes de la región de París, camino de Cannes y llegarán a tiempo a su cita, según confirmó una portavoz del certamen, que empieza el próximo miércoles en el balneario de la Costa Azul con la proyección del último trabajo del director manchego.