Cuando a finales de los 80 el narcotráfico gallego era impune e intocable, un grupo de madres de toxicómanos emprendió una batalla por la justicia. Ahora, lugares como el Pazo de Bayón, antiguo hogar de Laureano Oubiña, sirven de escenario para contar la historia de una de estas mujeres, en Heroína, una «;película social»;.
Así la define y la reivindica su director, Gerardo Herrero, que por fin lleva a la pantalla un proyecto que nació hace cuatro años, cuando conoció por la prensa a una de esas madres, Carmen Avendaño, fundadora del colectivo Erguete contra la droga, y en quien el realizador vio «una historia que contar».
Decomisado por la Audiencia Nacional en 2001, el Pazo de Bayón fue hace años el destino de numerosas manifestaciones protagonizadas por quienes sufrían el problema de la droga en sus casas, en sus familias. Como Avendaño, que en la película se llama Pilar, y es interpretada por Adriana Ozores.
«;No sé si es una heroína o no, pero sí sé que es un ser humano, con muchas cosas que contar a nivel personal y social»;, señala la actriz en un encuentro con la prensa durante el rodaje, mientras dirige una mirada cómplice a Avendaño, quien ha participado en el proyecto desde el principio, y con quien se ha contado para casi todo, especialmente en el guión, de Ángeles González Sinde.
No obstante, Herrero matiza que el film «;no es una biografía»;, sino la historia de una «;trayectoria vital»; de una mujer que se entera de que su hijo -en la película Fito (Javier Pereira)- tiene un problema con la heroína, y acaba convirtiéndose en una abanderada en la lucha contra los narcos de la comarca de Arousa.
Decenas de figurantes, junto a Adriana Ozores y María Bouzas, que interpreta a Fina, otra de las madres, ruedan una de aquellas protestas, en la que se expresa ira, rabia e impotencia, mientras los personajes se encaraman a la verja de una lujosa finca en la que viven aquellos que consideran responsables de la desgracia y enfermedad de sus hijos.
Gerardo Herrero asegura que quiere contar «;tres cosas»; con esta película: la relación de una madre con su hijo toxicómano, el mundo de colectivos como Erguete y cómo las acciones de estas organizaciones ayudaron a concienciar a la sociedad gallega.
Los actores se han preparado para sus papeles. Adriana Ozores convivió con Avendaño unos días; María Bouzas se interesó por las madres y su forma de luchar y Javier Pereira trabajó como voluntario de Proyecto Hombre.